Esto se desprende de un estudio llevado a cabo por una universidad californiana en la que dicen que los gatos de color uniforme, como los gatos negros son los más pacíficos, mientras que los que combinan colores como el blanco, gris, o anaranjado son más temperamentales, tanto en casa como en el manejo en la clínica veterinaria.
El estudio concluye que esta diferenciación puede estar marcada por modificaciones genéticas 🧬 producidas a lo largo de miles de años.